Muchas veces sentimos la necesidad de desaparecer. De evaporarnos como el agua, desvanecernos como el humo. Sería tan sencillo si pudiésemos tan solo desaparecer en algunos momentos. Pero no es así, no se puede desaparecer. Existimos, eso es un hecho. Y como personas que somos no podemos desaparecer, es nuestra obligación no hacerlo. Podemos afrontar las cosas, aunque a veces nos parezca lo contrario somos fuertes. Todos somos fuertes, unos más que otros seguro que si, por los motivos que sean habrá gente que podrá aguantar mejor el dolor que otra gente. Pero no por eso los demás tenemos que huir. Que va a doler el quedarse y aguantar? Es posible, pero podremos superarlo.
No importa lo fuertes que seamos, los traumas siempre dejan cicatrices, nos siguen hasta casa, cambian nuestras vidas. Los traumas complican nuestras vidas pero quizás sea su fin, el dolor, el miedo, la miseria, quizás pasar por eso nos hace seguir viviendo, es lo que nos empuja. Quizás necesitemos complicaciones, para asumir responsabilidades.
Alex Karev, Grey's Anatomy
El dolor nos hará más fuertes. El hecho de soportarlo hará que la próxima vez sea más llevadero. Llegará un momento en el que nos alegraremos de no haber huido. Porque el dolor es importante sentirlo. Sentimos. Por eso nos duelen las pérdidas, los fracasos, las caídas. Pero si nos caemos siete veces nos levantamos ocho. Quizás las primeras veces necesitemos ayuda para levantarnos, pero llegará un momento en el que podremos levantarnos sin la ayuda de nadie. Por nuestra cuenta. Y entonces nos daremos cuenta que el dolor ha servido para algo.
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